El viernes 31 de agosto de 2018, el Juez Andrew Hanen, del Distrito Sur de Texas, entregó un regalo inesperado a jóvenes inmigrantes en 
todo el país cuando emitió una orden denegando una moción presentada por un grupo de estados republicanos para prohibir o “suspender” el DACA programa en su totalidad. De haberse otorgado la moción, la política de la administración Trump de eliminar el programa DACA al rechazar las renovaciones de permisos de trabajo de DACA se habría implementado por completo. En cambio, con la decisión del Juez Hansen, los titulares actuales de DACA seguirán siendo elegibles para renovar su estado de DACA de dos años, incluida la autorización de trabajo. La orden emitida el viernes no cambia el estado actual del programa DACA, en el que USCIS rechazará nuevas solicitudes iniciales, así como las solicitudes de los titulares actuales de DACA para la autorización de viaje o libertad condicional anticipada.
El Juez Hanen, del Distrito Sur de Texas, es el mismo juez que ordenó o “bloqueó” el programa de Acción Diferida para la Responsabilidad Parental (DAPA) de las administraciones de Obama, que habría extendido la autorización de trabajo de DACA y el alivio de las protecciones de deportación a casi 5 millones de padres indocumentados de niños ciudadanos de los EE. UU. Los observadores en gran parte esperaban que el juez Hanen concediera la moción de los republicanos que prohibía el programa DACA. La orden del juez Hanen, al descubrir que la dependencia de más de 700,000 titulares de DACA en el programa de autorización de trabajo y protección contra la deportación, superó las afirmaciones de los estados republicanos de que el programa DACA crea cargas de costos para los gobiernos estatales.
La sorprendente denegación, del Juez Hanen el último esfuerzo por rescindir completamente el programa DACA seguramente aliviará los temores de cientos de miles de jóvenes inmigrantes, sus familias, colegas y seguidores. Sin embargo, la lucha continúa, como muchos cientos de miles de inmigrantes indocumentados – que eran demasiado jóvenes para solicitar DACA (el programa requería que los solicitantes tuvieran por lo menos 15 años de edad), o que entraron al país demasiado tarde (el DACA original, el programa requería que los solicitantes probaran que ingresaron antes del 15 de junio de 2007), o que simplemente no presentaron sus solicitudes iniciales mientras el programa estaba disponible – siguen en riesgo de ser deportados. Como opinó el juez Hanen en la decisión del viernes, “DACA es un programa popular y el Congreso debería considerar rescatar el programa”.
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