El Secretario de Justicia de los Estados Unidos, Jeff Sessions, emitió un memorándum a todos los fiscales federales anunciando un compromiso renovado para la aplicación de la ley de inmigración criminal y delineando los delitos de inmigración que deberían ser prioritarios, incluyendo el transporte o el alojamiento de inmigrantes indocumentados, y el robo de identidad. También pidió que cada Distrito designara un Coordinador de Seguridad Fronteriza para el 18 de abril de 2017.
En un movimiento paralelo, el DHS está avanzando en la construcción de una fuerza de deportación a nivel nacional. El Washington Post informa que ha obtenido una evaluación interna del DHS que parece ser un diseño de copia del informe de progreso de 90 días mandado por el Presidente Trump y la Orden Ejecutiva de Inmigración. La evaluación muestra que el DHS ya ha encontrado 33.000 puntos de detención más para albergar a inmigrantes indocumentados, abrió conversaciones con docenas de policías locales que podrían tener autoridad e identificar dónde podría comenzar la construcción del muro fronterizo de Trump. El DHS también está considerando maneras de acelerar la contratación de cientos de nuevos oficiales del CBP, incluyendo el fin del polígrafo y pruebas de aptitud física en algunos casos, según el documento. Funcionarios de la administración dijeron que los planes son preliminares y no han sido revisados por la alta gerencia del DHS. Gillian Christensen, portavoz interina del DHS, dijo que la agencia no comentaría lo que ella llamó “documentos pre-decisional”.
El Washington Post también informa que los arrestos por inmigración aumentaron un 32,6 por ciento en las primeras semanas del gobierno de Trump, con el ICE arrestando a 21.362 inmigrantes desde enero de 2017 hasta mediados de marzo de 2017, comparado con 16.104 en el mismo período del año pasado. Mientras que la mayoría de los arrestos fueron de inmigrantes con condenas penales, las detenciones de inmigrantes sin antecedentes penales se duplicaron, llegando a 5.441. La oficina de ICE en Atlanta arrestó a la mayoría de los inmigrantes que nunca habían cometido delitos, haciendo casi 700 arrestos. Philadelphia tuvo el mayor porcentaje con 356 detenciones no criminales, más de seis veces más que el año anterior. Los captadores de inmigración también se levantaron durante este período a 22.161 – un salto de 75 por ciento que el año anterior.
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